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Por Hasly Bohorquez

¿Es ser una voz de liderazgo, en medio del silencio, una condena de muerte? Para entender mejor este contexto, tomemos en cuenta los incontables asesinatos de líderes sociales que han entregado su vida al servicio.

¿Cómo confiar en la seguridad de un país en donde es un amenaza de muerte querer luchar contra la injusticia?, ¿cómo creer en la justicia si muchos de estos casos no han sido resueltos y las personas encargadas de resolverlos se excusan con la frase “no lo veníamos venir”?

Lo que muchos no tenemos en cuenta son las incontables familias que se han quedado con un vacío en el pecho por la pérdida de sus seres amados. Las distintas luchas también han quedado con un vacío y día a día esto se vuelve un tema emergente en el que los miedos se apoderan de la situación.

Buscamos a alguien que sea capaz de jugar el papel de superhéroe; que se ponga la capa y en conjunto con sus superpoderes de voz y acciones obtenga nuestra atención, volviéndose el salvavidas de más de uno, sacándonos de la burbuja en la que muchos vivimos creyendo que “todo está bien”.

La pregunta que nos podemos hacer es ¿por qué no todos nos ponemos la capa y nos volvemos superhéroes?, ¿por qué no hacerles la tarea más difícil a los asesinos de nuestros líderes y hacer un llamado a que todos cuidemos de los voceros en peligro y luchemos por las causas por las que ellos luchan, uniendo fuerzas e ideas, creando un mismo escudo impenetrable para decirle no más a la muerte de nuestros líderes?